¡Procura comer saludable! ¡Toma suficiente agua! ¡Duerme bien! Es común escuchar estas recomendaciones desde que somos pequeños y quizá, en su momento pudiera incomodarnos la forma imperativa en que se nos invita a cuidar la salud y a generar hábitos de vida saludable. Sin embargo, no hay nada más cierto que lo que estos consejos nos señalan, pero; ¿Por qué nos suena molesto y quizá tan difícil de realizar, cuando en realidad son acciones básicas para nuestra sana subsistencia? 

La respuesta es muy sencilla, falta de consciencia o vivir en la inconsciencia, estar preocupados y no ocupados en cuidar nuestra vida. 

Estamos inmersos en un mundo imperativo en la parte más externa de nuestro ser, a las apariencias y a cumplir las “exigencias” del mundo exterior aún por encima de nuestra propia salud. 

Olvidamos que debemos partir de nuestro interior, de nuestras sensaciones dando espacio a las emociones permitiendo hacer consciencia de ellas y dejando que cumplan su función orgánica en el cuerpo como motores de nuestra acción, para después fluirlas evitando que se somaticen convirtiéndose en padecimientos físicos como insomnio, trastornos alimenticios, dolores físicos, cefaleas, etc. 

Si nos damos espacio para vivir en el aquí y el ahora sin negar lo que sentimos ni las emociones que surgen en nosotros, hacemos espacio y lugar a la consciencia, llegando a la parte más interna de nuestro ser que nos despierta la necesidad consciente de cuidar de nuestro cuerpo observando nuestras necesidades básicas: hambre, sed, descanso, movimiento de nuestro cuerpo y, es entonces, cuando buscamos el tiempo y la forma adecuada para satisfacerlas. 

¿Cómo se practica?

 

Lo que nos toca vivir quizá no lo podamos cambiar, cómo fue la pandemia, la carga de trabajo, nuestras responsabilidades familiares, etc. pero lo que sí podemos cambiar nuestra actitud consciente de forma positiva hacia lo que nos toca hacer y hacia nosotros mismos que nos lleve a cuidar y procurar nuestra salud: “Recuerda que el cuerpo con el que contamos es uno y no tenemos otro”. 

Si tomamos consciencia de vivir con menos reacción aceptando nuestro momento presente sin juicios y sin rechazo estamos en el punto de partida de un estilo de vida saludable, ya que nuestra mente con sus pensamientos no nos atrapa y podemos observar la vida desde otra perspectiva. Entonces, llegamos a la conclusión de que la base para una vida saludable y parte de la consciencia plena, del aquí y del ahora; es practicar Mindfulness en nuestra vida.

Fuente:
https://www.aesculapseguridaddelpaciente.org.mx/docs/revista/2023/Abril.pdf

 

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