INTRODUCCIÓN

La preocupación por la Seguridad del Paciente surge a partir de la documentación de la incidencia de eventos adversos que impactan negativamente en la calidad de la atención en salud, tal como se indicó en la 55a Asamblea Mundial de la Salud en 2002, en la que se mostró el alto costo de estos eventos en términos materiales y de oportunidad para los servicios de salud, y más importante aún, como determinante en la vigilancia y mantenimiento del bienestar del paciente (Gómez Ramírez, Arenas Gutiérrez, & González Vega , 2011). 

 

DESARROLLO 

Actualmente la cultura de Seguridad del Paciente es algo que aún se está adoptando en las unidades hospitalarias, específicamente de dependencia gubernamental en donde anteriormente no era algo muy relevante, sin embargo, debido a todos los incidentes que se llevan a cabo y se tenían en relación con la atención de estos, se tuvo que ir adoptando de manera progresiva. 

En este caso en particular voy a hablar de una unidad de segundo nivel en Ciudad del Carmen, Campeche. 

Es de sumo interés ver que en este tipo de dependencias la cultura de Seguridad del Paciente está presente, ya que se cuenta con diversos procesos institucionales que garantizan una atención fina y de calidad hacia los usuarios que requieren de los servicios de salud que presta la institución. 

Sin embargo, no todo el personal que labora en dicha institución está familiarizado con este tipo de procesos, esto incluye la falta de conocimiento sobre lo que es la cultura de seguridad y falta de apego a las acciones esenciales de seguridad del paciente, específicamente por el personal de Enfermería. 

Cultura de seguridad: Corresponde a un grupo de creencias y actitudes que surgen a partir del desarrollo investigativo y la práctica diaria, encaminadas a proporcionar un máximo de bienestar al sujeto de cuidado. Este término abarca tanto el conocimiento como la puesta en marcha de iniciativas que respondan a los lineamientos de seguridad del paciente vigentes (Gómez Ramírez, Arenas Gutiérrez, & González Vega , 2011). 

La cultura de seguridad de una institución se define por las creencias, valores y actitudes de sus profesionales y todo el personal con relación a la ocurrencia y manejo de los errores que se presentan en los procesos de atención. Es por eso la importancia que tiene que, el personal de Enfermería, esté consciente de las consecuencias que pudieran presentarse si no se llevan a cabo las acciones correctas basadas en los estándares de seguridad (Garrido & Rocco, 2017). 

Tenemos que reconocer que todas las acciones que se realizan a diario con los pacientes conllevan a tener diferentes riesgos dentro de la organización, que pudieran tener consecuencias graves sobre el paciente o el mismo profesional de la salud, es por ello que no solo es importante contar con los procesos basados en seguridad, sino, garantizar que el personal de Enfermería lleve a cabo las acciones básicas de cultura de seguridad, por mencionar algunas tenemos (Gómez Ramírez , Soto Gámez, & Arenas Gutiérrez , 2011): 

 

El personal de Enfermería, en este caso específicamente los supervisores, tienen que hacer que el paciente participe, sobre su seguridad y asumir en equipo el riesgo que conlleva la atención. Así en las visitas, los jefes de servicio deberían indagar con los pacientes, si se están llevando a cabo estas acciones básicas por el personal operativo. 

Una adecuada cultura sobre la seguridad del paciente ha sido señalada como la primera de las “buenas prácticas” o recomendaciones para mejorar la seguridad, ya que el famoso dicho “errar es de humanos” queda obsoleto. 

Por ello trabajar en una institución que promulga la seguridad no solamente cuida a sus pacientes, sino también a sus colaboradores (Reza Orozco, 2020). 

De las estrategias que falta por implementar en la unidad, está el reporte de eventos para su análisis y seguimiento, tomando en cuenta que esto debe promover el compromiso institucional por la seguridad del paciente, haciendo pública una política “No Punitiva” y a su vez:

 

El informe “Errar es humano” hace ya más de 15 años declaró, en relación con el daño “Esto no es aceptable y no se puede tolerar por más tiempo”. Por desgracia, esta afirmación sigue siendo válida hoy. A pesar de que somos más conscientes del daño, los pacientes aún experimentan daños evitables durante sus hospitalizaciones o atenciones de salud.

Todavía queda mucho por hacer. Lograr una verdadera seguridad es un proceso largo y, puede que no sea posible eliminar por completo el daño y este siempre estará presente.

 

CONCLUSIÓN

Visualmente podemos identificar a la unidad como una institución pro en seguridad del paciente. Sin embargo, la importancia radica no solo en la promoción de la cultura si no en aplicarla en todas y cada una de nuestras prácticas. 

Hacer parte de nuestro trabajo diario las acciones esenciales y las barreras de seguridad que nos brindan cada una de ellas, nos garantiza que nuestros pacientes estarán mejor atendidos y se sentirán seguros pese a los padecimientos por los cuales están siendo atendidos. 

Lograr que esto se cumpla debe ser una tarea ardua para el supervisor de enfermería, pero es de las figuras principales para garantizar el cumplimiento de los estándares de calidad basados en seguridad. 

Fuente:

Villegas Ramírez, J. (2022). LA CULTURA DE SEGURIDAD DEL PACIENTE, EL RETO PARA LAS UNIDADES DE SEGUNDO NIVEL. Horizontes del Conocimiento, 151(1), https://www.aesculapseguridaddelpaciente.org.mx/docs/revista/2022/Sep2022.pdf

 

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