La salud mental es bastante difícil de definir, la Organización Mundial de la Salud (OMS), define que está relacionada con el bienestar mental y psicológico y por lo tanto trabaja para mejorarla en las personas y en la sociedad. La Enfermería bajo este contexto, es un profesional que continuamente se enfrenta a diversos estados de estrés debido al contacto directo con personas que presentan alteraciones donde se ven afectadas varias dimensiones (fisiológica, psicológica, social y espiritual); además de ser el primer contacto de los pacientes a su llegada a los servicios de urgencias, quirófano o unidad de cuidados intensivos.

Es por ello, que el estrés y los procesos de manejo de la presente crisis de COVID que presenta el personal de enfermería como cuidador principal en un hospital o clínica, actualmente están provocando afectaciones en su salud mental. Incluso puede conducir a la depresión y ansiedad.

Además, el personal de Enfermería es el primer contacto que tiene el enfermo o familia a su llegada a un servicio de urgencias, quirófano o unidad, así como, es el cuidado directo durante la estancia hospitalaria. Se mantiene en contacto permanente con la angustia, el dolor, la desesperación, la irritabilidad y otras reacciones que pueden surgir en los pacientes y sus familiares.

La hospitalización es y será un estado amenazante, de incertidumbre y atemorizante para todos; puede acontecer esta situación en cualquier servicio, aunque se acentúa más en servicios como urgencias, quirófano o cuidados intensivos, pues la muerte y el dolor son más característicos en estos servicios; además de que constantemente los profesionales de enfermería deben estar a la vanguardia con los nuevos avances médicos y tecnológicos, representando niveles adicionales de estrés, elevándose cuando hay conflictos con los superiores, sobrecarga laboral, etc.

A este respecto, la profesión de Enfermería es estresante ya que son propias del trabajo diario, pues dentro de las responsabilidades se encuentran la preservación de la vida y evitar el sufrimiento de aquellos que la necesitan, ocasionando que muchas veces deje a un lado su propio auto-cuidado. Estas experiencias adquiridas en el quehacer cotidiano dejan de manifiesto que la parte más afectada es la mental, por la intensa carga emocional que conlleva, y que es necesario controlar cuidadosamente para que se pueda resolver la situación de manera eficiente en el paciente, pero que, cuando hay desenlaces negativos o fatales se acompaña de sentimientos de frustración, temor, rabia o desesperación.

Por lo anterior, es de vital importancia trabajar al respecto con el personal de Enfermería para tratar de que logre un balance emocional y profesional que le permita un adecuado manejo de la actividad psicológica que integre estrategias de manejo de situaciones con pacientes y salud integral para el cuidado de su propia persona.

Fuente: Academia AESCULAP