Desde 1948 la OMS ha definido la salud como “el estado de bienestar físico, emocional y social de una persona”, por tanto debemos asumir que la salud no es únicamente ausencia de enfermedad.

Nuestra mentalidad actual suele considerar a una enfermedad como un mal aislado sin conexión con nuestra realidad mente-cuerpo. Sin embargo, la salud integral depende de un equilibrio constante en diferentes aspectos que influyen en nuestras vidas: físicos, energéticos, mentales, emocionales y sociales.

Para conseguir un estado de salud óptimo, debemos adoptar medidas preventivas para evitar tanto afecciones de tipo crónico (trastornos digestivos, diabetes, hipertensión, arterioesclerosis, ansiedad, depresión, etc) como enfermedades degenerativas como el cáncer. La prevención debe comenzar antes de desarrollar la enfermedad, pero también puede adoptarse cuando esta se manifiesta. A esto le llamamos prevención secundaria, cuyo objeto es mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones futuras del padecimiento.

La salud integral, da una gran importancia a los 5 pilares relacionados con nuestro estilo de vida, los cuales son:

1 – Alimentación natural y equilibrada.

Procurar sobre todo alimentos naturales y menos manufacturados posible, a los que no se ha agregado nada. Debemos priorizar el consumo de productos frescos tales como las verduras, legumbres, frutas, etc, preferentemente con certificado ecológico que garantice ausencia de químicos nocivos, pesticidas y antibióticos. Es muy recomendable incorporar a nuestra dieta superalimentos como semillas, frutos secos, cacao o algas además de probióticos como kéfir o miso, entre otros y evitar al máximo los alimentos sobreprocesados, altos en grasas, azúcares y sales.

2 – Agua de calidad.

El agua es clave para mantener un ph equilibrado en el organismo y prevenir enfermedades. Debemos consumir agua sin metales pesados ni cloro y alcalina en lo posible. Para ello se puede filtrar e ionizar el agua del grifo con sistemas sencillos avalados por profesionales. Evitar consumir agua embotellada no sólo ayuda a nuestra salud, sino que apoyamos el medio ambiente.

3 – Hogar libre de tóxicos.

El uso indiscriminado de productos de higiene, cosmética y limpieza nos ha puesto en contacto directo, a través de la respiración y la piel, con disruptores endocrinos y hormonales (como bisfenol A, ftalatos, benzeno, parabenos, etc) cuyos estudios de su uso asocian con cáncer y enfermedades crónicas. El primer paso es vaciar los armarios de muchos productos superfluos, el siguiente es simplificar con detergente y limpiador ecológicos, cosmética 100% natural y productos orgánicos de higiene personal. Actualmente, la pandemia de COVID-19 nos exige el uso de desinfectantes, pero afortunadamente podemos optar por productos con componentes de origen natural. En Arkanum contamos con productos desinfectantes naturales como Exmicror los cuales los puedes adquirir en línea.

4 – Respiración nutritiva o relajación.

Nuestra respiración es la nutrición básica a nivel celular. Una respiración correcta ayuda a recuperar y aumentar la vitalidad, reduce el stress o incluso elimina patologías, es la mejor medicina preventiva al evitar que se acidifique el organismo, permitiendo eliminar la mayoría de las toxinas (físicas, emocionales y mentales) de nuestro cuerpo. Muchas personas respiran incorrectamente sin ser conscientes de ello pero se puede aprender.

5 – Prácticas para la energía física y mental.

Existen prácticas aptas para todas las etapas y condiciones de la vida, al ser óptimas para la columna vertebral, mantenimiento osteomuscular y articular además de mejorar la energía vital. Entre estas encontramos el Yoga o el Chi Kung, cuya práctica desarrolla un equilibrio entre fuerza y flexibilidad, pone atención en la respiración ayudando a estabilizar las fluctuaciones de la mente e inducir la relajación. 

Estos pilares básicos son medidas preventivas para lograr una salud integral. Adicionalmente podemos complementar nuestra alimentación con suplementos que coadyuven a reforzar nuestro cuerpo en general. Algo muy importante en este aspecto es que consultes a un nutriólogo para conocer las opciones más recomendables para tu perfil y estilo de vida.