Tener una buena salud es fundamental para poder realizar las actividades del día a día con energía. Una alimentación saludable nos ayudará a tener una vida sana.

Una alimentación saludable debe satisfacer nuestras necesidades y guardar un equilibrio. En la sociedad actual nos encontramos con una amplia y creciente variedad de alimentos entre los que elegir para alimentarnos. Ante esta variedad, sin embargo, muchas veces nos encontramos con la dificultad de elegir el más correcto para nuestra salud y la de nuestra familia. A veces esa amplia disponibilidad de alimentos nos lleva también a comer en exceso y elegir mal los nutrientes.

Los resultados de numerosos estudios epidemiológicos que analizan el papel de la dieta en las enfermedades crónicas como la obesidad, ponen de manifiesto que la elección más importante que podemos hacer para influir a medio y largo plazo en la salud es cuidar nuestra alimentación.

Los atributos que caracterizan a una alimentación saludable son: seguridad, variedad, equilibrio, moderación y que sea apetecible. A estos atributos se le ha unido en los últimos años otro, muy importante: sostenibilidad. Es decir, la dieta no sólo debe ser saludable para nosotros, sino también para el entorno o medioambiente donde vivimos.

Los atributos que caracterizan a una alimentación saludable son: seguridad, variedad, equilibrio, moderación y que sea apetecible. Además, existe otro, muy relevante: sostenibilidad. Es decir, la dieta no sólo debe ser saludable para nosotros, sino también para el entorno o medioambiente donde vivimos.

Una alimentación saludable ayuda a proteger la salud y a prevenir enfermedades. Muchos estudios relacionan la falta de una alimentación saludable con enfermedades crónicas y degenerativas, comprobando así que una alimentación inapropiada es uno de los principales factores determinantes del desarrollo de estas enfermedades.

De acuerdo a la OMS, cerca de 2,7 millones de personas fallecen al año por una mala alimentación, por un bajo consumo de frutas y verduras. Algunas de las enfermedades que se relacionan con una mala alimentación son:

Una alimentación sana permite por un lado que nuestro organismo funcione con normalidad, que cubra nuestras necesidades fisiológicas básicas, y por otro, reduce el riesgo de padecer enfermedades a corto y largo plazo. No siempre se trata de una relación directa de causa-efecto, pero sí contribuye a aumentar el riesgo de aparición y desarrollo de dichas enfermedades.

Fuente: OMS.