La pandemia por coronavirus (SARS-cov2) ha planteado diversos retos a la sociedad y por supuesto la educación médica no ha sido la excepción. La educación médica no es inmune a las angustias que producen los cambios contemporáneos abruptos en nuestro mundo, como la pandemia.

Los centros educativos han cerrado, los estudiantes ya no asisten a las Facultades ni a los hospitales, el único contacto que tienen es mediante videoconferencias, muchas universidades se pasaron a la modalidad online o no presencial. Las especialidades quirúrgicas y el residentado médico que basan su aprendizaje en procedimientos son las que más se ven afectadas.

La actual pandemia de la COVID-19 ha afectado a nivel mundial la educación médica sobretodo de pregrado y posgrado en las universidades, con el objetivo de disminuir la transmisión de este virus se estima que aproximadamente 1,5 billones de estudiantes se han quedado sin clases presenciales con el cierre de los colegios y universidades en el mundo.

Durante la pandemia es necesario que todos nos adaptemos aunque no parezca posible en el área médica también se ha recurrido a los videos, los casos interactivos, los podcasts, cursos y clases en línea, la simulación por computación.
Resulta importante la participación y motivación del estudiante a través de una continua interacción con sus profesores, considerar las opiniones de estos y compartir con ellos a través de las plataformas digitales para lograr una retroalimentación productiva para ambos.

En definitiva el COVID-19 cambiará, quizás por siempre, la educación médica, y a partir de este momento se impone la necesidad de formar profesionales de la salud mejor preparados para afrontar situaciones difíciles como la que estamos viviendo.

La combinación de las clases presenciales junto con las clases online es una necesidad indiscutible en estos momentos. Se busca crear y desarrollar nuevas estrategias educativas con el fin de que los estudiantes adquieran las habilidades y conocimientos clínicos necesarios.

Sin embargo el entorno clínico para la enseñanza de la medicina no se puede sustituir por una realidad virtual pero sí con la inteligencia artificial se pueden crear instrumentos que interactúen con los estudiantes en un amplio espectro de competencias que pueden ir desde la anatomía morfológica y el diagnóstico clínico.

Una tragedia como es la actual pandemia, nos ha mostrado que podemos cambiar las cosas, que buscamos soluciones y alternativas tecnológicas útiles y que se puede mejorar la educación médica para garantizar una correcta formación de nuestros profesionales, que aseguren futuros servicios médicos con calidad y excelencia.